El reto de construir el branding de Cler fue encontrar el equilibrio perfecto entre tecnología avanzada e interacción humana. Cler es una app que trabaja con inteligencia artificial, pero su función no es deslumbrar con complejidad: es resolver de forma silenciosa y eficaz los pequeños caos cotidianos que enfrentan profesionales que trabajan desde WhatsApp.

El branding tenía que transmitir seriedad, eficiencia y confianza, pero sin caer en un lenguaje técnico o inaccesible. Cler no es una app para programadores ni empresas gigantes; es una herramienta poderosa al servicio de freelancers, psicólogos, coaches y profesionales independientes, que necesitan organizar su agenda sin cambiar la forma en que se comunican con sus clientes.

Desde lo visual, el desafío fue evitar los clichés del mundo tech (neones, sobrecarga digital, frialdad) para construir una estética limpia, funcional y cercana, con guiños a la simplicidad de las conversaciones cotidianas. Cler se presenta con una voz humana, profesional y clara, que acompaña sin invadir, que sugiere sin imponer, que automatiza sin deshumanizar.

La identidad de Cler no busca parecer futurista, sino útil y presente. Porque más que ser una app que responde a prompts, Cler actúa como un asistente silencioso que entiende, organiza y simplifica.
De la conversación, a la acción.